miércoles, 10 de junio de 2009

El Plateista

“Sentate por favor”, “Ese es mi lugar”, “Como me vas a cobrar 50 mangos por estacionar el auto”, “Que animales que son esos gringos que saltan sobre el cemento, deberían meterlos en una jaula y tirarles maní las 24 horas del día”, estas son algunas de las frases que solemos escuchar de este tipo de simpatizante en el futbol argentino que así se muestra en un estadio, ahora veamos a que se debe el comportamiento de este homo sapiens.
Desde sus inicios el plateista se mostró como una persona mas pudiente, un poquitito mas educada y mas, por decirlo de alguna manera, “amarga” en el sentido del apoyo a su equipo, pero yo me propongo que analicemos detalladamente este tipo de hincha en la vida cotidiana. Este se levanta en su casa, con su familia y su esposa, este puede tomar desde un te con pan danés hasta unos mates hechos con pasto del Delta del Paraná acompañado con unos biscochitos embadurnados en grasa hechos a fines de la segunda guerra mundial, luego de esta ceremonia religiosa se sube a su auto, que puede ser desde un Ford Focus hasta Fiat Europa y se va a trabajar, dentro de los trabajos posible no se podría especificar ninguno, la única característica que tienen es que cotidianamente trabajan con compañeros de trabajo los cuales le sirven para recibir las burlas que este les propina cada vez que su equipo gana. Ya en el trabajo el objetivo de esta persona es por defecto entra con una cara de culo impresionante, estar siempre cansado, recostarse en la mejor silla que tiene y hacer lo mínimo e indispensable para que su jefe le diga “Su rendimiento es bueno Pérez, siga así”, también en este medio ambiente el plateista se muestra fanático de su equipo, como si fuese una persona enamorada de su equipo de tal forma que lo sigue “en las buenas y en las malas”, esto les resulta común a los compañeros de trabajo lo que hace que estén esperando el día en que sus equipos le ganasen al de este mono así lo cargan tanto que el jefe decide echar a los dos del trabajo por tener un comportamiento desmedido. Luego del trabajo, este terminará alrededor de las 5 o 6 de la tarde, se irá a tomar alguna bebida alcohólica a un bar o simplemente comerse algo con los “amigos”(si se puede decir así porque llega el lunes y se re cargan y pagan todas sus apuestas), en este bar se estará quejando desde que pasa la puerta hasta se despide de sus “amigos” en la puerta de su auto por el laburo de mierda que hace y por lo cansado que esta, por más que le paguen más que a Messi en el Barsa se quejará de su sueldo y también cagará a puteadas de pies a cabeza a su jefe como si fuese el arbitro que no le cobró el penal que les aseguraba la punta del campeonato por una fecha.
Al llegar a su casa, llegará con la espalda encorvada, con los cachetes tan caídos que puede hacer jueguitos con ellos y el saco colgando en uno de sus hombros, y al encontrarse con sus hijos, que vienen desaforados gritándole “Papi me jugás al fútbol”, “Papi me ayudas a peinar las Barbies”, “Papi me cambias el pañal”, este les dirá no no no y no!!! Y subirá las escaleras para encontrarse con su esposa y seguir quejándose de lo mismo que se quejó con sus amigos. Luego de este ritual se sentarán todos a comer, aquí pueden suceder dos cosas, o que el plateista diga “Estos son los mejores morcipanes que comí desde que estaba en la colimba” o “Otra vez esta porquería, mejor me voy a comer las empanadas de cucarachas que hace mi mama freídas con el aceite que le cambio al auto”, en ambos casos este seguirá comiendo con cara alegre o con cara triste según la respuesta. Luego de esto verá el programa del momento en la tele, ya sea Los exitosos Pells, Showmatch o cualquier otro programa del gusto popular.
Bien, ya hemos analizado como es esta persona en la vida cotidiana, ahora veamos que sucede en el momento de la acción.
Es domingo a la tarde, esta persona se propone ir a la cancha, para esto irá en su auto, al llegar a las inmediaciones del estadio se peleará con todo el Sindicato de Trapitos Argentinos para que le cobren lo menos posible y le hagan la menor cantidad de rayones y abolladuras al auto. Después de este tedioso retraso, se dispone a comprar su entrada, en la boletería pagará una platea, al llegar a la cabina donde se encuentra el boletero pondrá la peor cara posible, este boletero también lo hará y así harán el intercambio de dinero-entradas. Acto seguido se acercará a los molinetes con una cara ya feliz porque va a entrar a la cancha, aquí el boletero le cortará la entrada lo peor posible porque ese es su trabajo y lo tiene que hacer a mal, ya dentro del estadio da a conocer al mundo, por fin, lo que es un plateista, al ver que su lugar esta ocupado por otra persona se peleara con esta de modo que salga de el barrio donde se encuentra el estadio, luego el arbitro empezará el partido y este lo único que hará será quejarse por lo malo que hace el equipo, cuando todos se paren por una jugada de riesgo este gritará “ABAJO”, durante todo el partido estará enojado, en el entretiempo este irá al baño a descargar y luego se sentará a ver el segundo tiempo, en este momento su equipo hace un gol y lo grita desaforadamente, acto seguido aplaude y se queda callado, después de esto se reirá de cualquier acto que realice una persona mas fanatizada con el futbol dentro de lo que es el ámbito de un estadio, cuando el arbitro pite el final del juego este desaparecerá de su asiento y esta al lado del policía que lo hace esperar media hora para salir, este empezará a comentar con el que tiene al lado diciendo “Que vergüenza”, “Como podemos esperar tanto”, y justificará sus quejas diciendo que tiene que estar con su familia, algo que no hace en todos los momentos de la semana que se le presentan pero cualquier escusa es buena para justificar una espera en una cancha. Así irá hasta su auto, el cual encontrará un poco abollado, no encontrara al trapito y se irá a su casa alegre por la victoria de su equipo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario